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lunes, 8 de febrero de 2016

Carlos Valverde bajo amenaza de ser enjuiciado por Evo Morales sale al paso, "es normal que indague, investique y denuncie cómo es que Gabriela Zapata, madre del hijo del Jefe del Estado negocie petróleo, minería, caminos, azucar, cemento por cientos de millones de dólares?" sugerí se investigue tráfico de influencias, es ello un delito? pregunta en El Deber.

Parece ser la intención (en sentido figurado, espero) de los funcionarios de alto nivel del Gobierno que se mueven por medios de comunicación adeptos tratando de posicionar el descrédito de quien denuncia para que lo que importa de verdad pase desapercibido o al menos amaine su gravedad. Ese parece ser mi caso, a partir de una denuncia que hice. 

Comienzo diciendo que supe de la relación del presidente Evo Morales con la señora Gabriela Zapata el año pasado (entre marzo y abril) y de la probable existencia de un hijo de la pareja, y no dije nada porque la verdad es que nunca me interesó la bragueta del presidente ni dónde duerme o con quién se levanta; tengo decenas –no exagero– de denuncias de supuestos hijos de don Evo por todos lados y jamás me referí a ellos; no es, reitero, asunto mío ni hace al periodismo que hago.

Lo que hace al periodismo que hago es la confirmación de que la madre del hijo del presidente es gerente comercial de la empresa china que más negocios tiene con el Estado boliviano, sin ser ingeniera comercial, sin ser administradora de empresas, siendo abogada-contadora y sin mayor experiencia en el campo de la construcción industrial. 

Es normal que un periodista indague, investigue y denuncie; en ese marco es correcto preguntar cómo es que la madre del hijo del presidente (los documentos que prueban tal aseveración están en el Sereci) ocupa un cargo tan alto en la empresa que tiene los mayores contratos con el Estado boliviano, petróleo, minería, caminos, azúcar; recientemente se presentó a la licitación de la Fábrica de Cemento de Sucre y, de la lectura de las noticias generadas a partir del caso, se conoce que tanto la señora como la empresa tendrían otras actividades ligadas o relacionadas a negocios con el Gobierno; eso no obedece a ninguna otra intención que no sea la de hacer periodismo.
Se dice que la relación terminó; aclaro que yo no sugerí que sigue, que no hay tráfico de influencias porque las personas en cuestión ya no tienen relación; eso es relativo, hay un hijo en común y esa es una relación de por vida; además, es posible concluir que esa relación (madre del hijo) tiene mucho peso al momento de ser contratada.

¿Dónde estaría la falta de llegar a esas conclusiones en el marco de lo investigado? En cualquier país se lo haría y cualquier periodista lo denunciaría si tuviera la información completa como la que presenté; lo demás corre por cuenta de quienes debieran abrir una investigación seria sobre la presencia de la señora en una empresa con tantos intereses en el Estado boliviano

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