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lunes, 29 de junio de 2015

a pocas semanas de la aparición de José Luis Baptista como columnista de fuste en los temas de su dominio el Derecho Constitucional y Político, sus textos enriquecen nuestro conocimiento como hoy que trata de las "Monarquías Constitucionales" que son un ejemplo de convivencia, de tolerancia y de respeto a la Ley y a las personas. Para conservalo sin duda.

Recientemente, según publicaciones de prensa, en Milán, en una universidad, el presidente Evo Morales manifestó que no puede entender que los Estados Republicanos de América se vean obligados a recibir y atender a reyes o príncipes cuando se presentan en ocasión de posesión de nuevos mandatarios. Las mismas publicaciones informan que él, en julio de 2014, se refirió a los sistemas monárquicos como “insulto a la humanidad y a la vida”.
No es admisible que un Jefe de Estado trate de ese modo a los representantes oficiales de otros Estados. La existencia hoy de regímenes monárquicos en Europa no puede calificarse como insulto a la humanidad y la vida. En ninguno de los Estados europeos constituidos bajo régimen monárquico subsiste un régimen absolutista.
Inglaterra, España, Dinamarca, Noruega, Suecia, Holanda y Bélgica, al contrario de algunos de los Estados Republicanos de América, son modelo de comportamiento democrático. Las monarquías constitucionales resultaron ser factores de unidad, de concordia. Están consideradas como encarnación de sus países porque, en gran medida, la historia de tales países es la historia de las familias de esos reyes que representan la memoria que conecta al individuo con la idea de patria. El hecho de que tales monarquías sobrevivan, es expresión de un auténtico sistema democrático, pues surgieron de la voluntad soberana de sus pueblos.
Respecto al régimen monárquico constitucional en Inglaterra, cuyo carácter parlamentario y plenamente democrático subsiste sin variantes desde 1701, se ha afirmado con razón que allí las oposiciones de clases o partidos son menos peligrosas que en otros países, porque es muy antigua la costumbre que tienen sus habitantes de inclinarse ante las decisiones de la mayoría.
En España, después de la muerte de Francisco Franco (1975), se produjo el cambio político de la dictadura a la democracia. Se organizó el Estado bajo la modalidad de monarquía  parlamentaria. En una primera fase (1976) se implantó el sufragio universal y un parlamento bicameral como consecuencia de un referéndum con resultado de amplia mayoría. En 1977 fueron legalizados el Partido Socialista y el Partido Comunista.
Se disolvió a la Falange. Se legalizaron los sindicatos y se aprobó el derecho de huelga. Para la promulgación de una nueva Constitución Política del Estado se conformó una comisión integrada por delegados de todos los partidos políticos y las distintas regiones. Analistas políticos consideran que la Constitución de España es la más liberal de Europa. No hay religión oficial. Se asigna a las Fuerzas Armadas un papel rigurosamente limitado. Queda abolida la pena de muerte.
Tan arraigado está el sistema de monarquía constitucional en Dinamarca, que, en 1926, cuando los socialistas llegaron al poder, suprimieron por voluntad propia el punto de su programa que proponía la abolición de la monarquía. En Suecia, país en el que hace muchos años que los socialistas tienen proyecto republicano, no se vislumbra la aparición de ese sistema. Se mantienen igualmente sólidas las monarquías bajo régimen parlamentario en Noruega, Holanda y Bélgica.
*Abogado, fue profesor universitario y ministro de la Corte Suprema de Justicia.

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