En menos de 48 horas, Reymi Ferreira pasó de ser candidato a la Alcaldía de Santa Cruz por el Movimiento Al Socialismo (MAS) a ser ministro de Defensa de Bolivia.
El presidente Evo Morales tomó el juramento a Ferreira en un acto realizado en Palacio de Gobierno.
Ferreira asume en reemplazo de Jorge Ledezma, que se va pocas horas después de haber sido el causante de una polémica entre Bolivia y Chile por haber llevado al país vecino un chaleco con una leyenda a favor de la demanda marítima al momento de entregar agua para damnificados de las lluvias.
El presidente aseguró que esta decisión fue tomada "personalmente" por el exministro y no representa la política del Gobierno de entregar ayuda sin ningún tipo de fin político.
"Pedir disculpas al pueblo de Chile, pedir perdón al pueblo de Atacama.Nunca manejamos el tema humanitario con fines políticos", afirmó Morales.
Ferreira aceptó la invitación del presidente Evo Morales y formará parte del gabinete ministerial tras perder las elecciones a alcalde de Santa Cruz, donde se ubica en tercer lugar en el conteo oficial del Tribunal Departamental Electoral.
Tras asumir el cargo de ministro de Defensa, Ferreira afirmó que"cumplirá fielmente la política del Gobierno" y agradeció al presidente Morales haberse fijado en su persona para asumir esta cartera de Estado.
Nombramientos repentinos
El excandidato del MAS, fue rector de la Universidad Gabriel René Moreno, y se vinculó de forma estrecha al Gobierno cuando fue designado como embajador adjunto ante las Naciones Unidas para organizar la cumbre del G77, realizada en junio de 2014.
El nuevo ministro fue designado candidato del MAS a la Alcaldía de Santa Cruz en el último día de la inscripción en diciembre pasado. Su campaña recibió un fuerte respaldo del presidente Evo Morales, que llegó en varias ocasiones para impulsar su postulación acompañándolo en caminatas y visitas a varios barrios populares.
Ledezma es el segundo ministro que deja el primer gabinete de Evo Morales en su tercera gestión como presidente del Estado, el primero fue Pablo Groux, que fue destituido del cargo de ministro de Culturas en febrero pasado.
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