Vecinos de la ciudad de Oruro apedrearon el pasado fin de semana la casa de Esther Morales, hermana del presidente boliviano, el aimara Evo Morales, para protestar por el linchamiento de cuatro policías por indígenas, informó hoy el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti.
El ministro dijo a los periodistas que el ataque tuvo lugar el sábado por la noche, después del entierro de los agentes en esa ciudad andina, durante el cual algunos familiares de los linchados maldijeron al mandatario.
Los manifestantes destrozaron todos los vidrios de la casa de la hermana de Morales y gritaron que él no actuó a tiempo para rescatar los cadáveres de los tres asesinados hace dos semanas ni para salvar al cuarto, linchado días después.
"Oruro está de duelo por culpa del Gobierno", coreó un grupo de mujeres que apedreó la casa de Esther Morales y gritó consignas exigiendo su salida de la ciudad, según mostraron hoy los canales de televisión.
Llorenti aseguró a los medios que quienes apedrearon la vivienda son personas con "intereses político partidarios" que se aprovechan "del dolor de las familias" de los policías.
Según las autopsias, los "ayllus guerreros" (clanes indígenas) de Uncía, aldea del norte del departamento de Potosí, lincharon a tres policías hace dos semanas y al cuarto la semana pasada, cuando el gobierno ya daba por muertos a todos y negociaba con los asesinos la entrega de los cuerpos.
Los ayllus acusaron a los agentes de la muerte de varios indígenas en los últimos años, por lo cual les aplicaron la llamada "justicia originaria", reconocida por la nueva Constitución que promovió Morales y promulgó en 2009.
Sin embargo, las autoridades presumen que los responsables del crimen son narcotraficantes o contrabandistas de automóviles que operan en esa zona fronteriza con Chile.
Tras varios días de suplicas de Morales, los ministros y los familiares de los policías, los indígenas de Uncía entregaron los cadáveres el viernes pasado, a cambio de que las esposas, madres, hijos, hermanos y otros parientes se comprometieran por escrito a no demandar a los asesinos.
"¡Maldito Evo Morales, maldito!", gritó la viuda del sargento linchado Nelson Alcocer, Mónica Corrales, durante el sepelio del sábado en Oruro.
"Hemos tocado tantas puertas, pero a mi esposo recién lo han matado, no tiene nada de descomposición. El Gobierno no hizo nada, más bien entorpeció", afirmó Corrales.
La oposición boliviana exigió hoy en el Congreso que la Policía ocupe Uncía para que la Fiscalía pueda comenzar la investigación y dar con los asesinos.
La asambleísta opositora Norma Piérola pidió informes a Llorenti y a la Policía sobre sus actuaciones en el caso y agregó que, si es necesario, convocará incluso a Morales.
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