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lunes, 4 de enero de 2010

cuánta verdad dice Dante Pino. Manfred queda como reserva moral de Bolivia


Que Manfred haya tenido que dejar Bolivia ante la persecución política desatada era de esperar. Solo un tonto podría decidir servirle al gobierno de instrumento mediático para su regocijo, sabiendo que de nada le servirá presentar pruebas de su inocencia.

Y se los anunció con mucha anticipación en declaraciones a los medios cuando les dijo “que no se dejaría atrapar y que sería un dolor de cabeza para el gobierno”. Pero el Ministro de Gobierno, parece que no tomó en serio este anuncio. Y seguramente ha debido creer en eso de que “para no aparecer culpable” Manfred dejaría que lo tomen preso.

Con la manida frase de que: el que nada tiene nada teme, pensaron que adoptaría la misma conducta que Leopoldo Fernández. Tropezar de nuevo y con la misma piedra.

¿Se imaginan en estos momentos la fiesta que se estarían dando en el Chapare, Evo Morales y sus compinches, al haber podido mostrar a Manfred y Leopoldo presos, acusados de asesinato, daño económico, y de tenerlos como trofeo de guerra junto al supuesto 64 por ciento de voto que dicen obtuvieron en las pasadas elecciones?

Y como no pudo ser muestran la baba rabiosa por la comisura de sus labios, le insultan, le dicen prófugo, maleante, culpable, agreden a otros Presidentes y países, les amenazan con revisar relaciones y destituyen a sus subalternos calificándolos de ineptos. En vez de jolgorio obtuvieron ira. Otra deuda que Manfred acumula.

Porque no es más que rabia enceguecida lo que tienen en su contra. Le odian porque sabe hacer gestión y ellos no, porque sabe construir y ellos no, le odian porque sí.

Pues bien, ahora el tiempo corre en contra de Evo y a favor de Manfred. Evo tiene que hacer lo que no sabe: gobernar. Manfred también: esperar. Evo habrá de enfrentar a sus propios engendros sindicales. Manfred habrá de aconsejar y orientar paciencia en medio de la persecución, del atropello y de la inseguridad jurídica que se vivirá. Evo será más vulnerable a medida que el uso del Poder absoluto lo enrede en sus contradicciones. Manfred deberá usar esta debilidad como fortaleza para señalar el camino del reencuentro democrático.

Ambos inician una nueva fase. Evo desde la cumbre de su Poder. Manfred desde el llano de la derrota. En política todo cambia.

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