La rememoración de la derrota del proyecto guerrillero comandado por Ernesto “Che” Guevara hace 50 años tiene, en el país, dos vértices que no hacen justicia a la historia. Desde el polo de los derrotados, la rememoración pretende ser épica y será el Presidente del Estado quien realce los actos de homenaje se realizarán dada la afinidad político-ideológica que tiene con los postulados del famoso combatiente.

En el campo del polo de quienes triunfaron, las FFAA, la rememoración está dirigida a realizar un homenaje a los efectivos militares que murieron en la guerrilla de 1967 y que culminaron con la derrota de los entonces enemigos.

Ante ambos eventos, dos importantes autoridades de gobierno han incurrido en contradicción. Mientras el Viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, que parece tener mucha influencia dentro del Gobierno, aseguró que las FFAA, mediante su alto mando, estarían presentes en los actos de homenaje al “Che”, el titular del Ministerio de Defensa aseguró lo contrario.

En ese impase, destaca, hasta ahora, el silencio de la cúpula militar que se encuentra ante un dilema cuya resolución, cualquiera que sea, tendrá consecuencias opuestas en los dos polos protagonistas, pues no debe ser fácil rendir homenaje a quien derrotaron y ejecutaron, más aún si se trató de una de las pocas victorias que la institución militar ostenta en su historia y que le sirvió como instrumento de legitimación interna e internacional.

Consecuentemente, las contradictorias declaraciones hechas por los funcionarios mencionados obligan a que el alto mando militar emita un claro pronunciamiento sobre este tema, pues mantener silencio, en ese contexto, no abonaría a su favor.