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martes, 8 de agosto de 2017

Gastón Cornejo con el valor civil que le caracteriza refiere los orígenes del MAS encausado en los más nobles ideales de Patria y Humanidad, su tremenda desilusión cuando comprueba el mayor compromiso del Mas con la Coca Cocaína y se refiere a OAS-Odebrech que ya para entonces 2009 acusaban un sobreprecio de 100 millones, que Bakovic subió a 200 por el TIPNIS


En la comisión del Senado de 2009 se descubrió el inmenso sobreprecio de 100 millones de dólares en la construcción de esa carretera, corregido en concepto de José María Bakovic a 200 millones. Existían 22 adendas al contrato original que favorecía a la empresa OAS-ODEBRECH de Brasil. Gracias a la movilización indígena y  popular se desestimó seguir adelante. Luego vino Chaparina y la quiebra oficialista.

Este empecinado proyecto es un atentado al PROGRAMA DE GOBIERNO con que iniciamos la transformación política el año 2006, compromiso del Movimiento al Socialismo por el cual empeñé toda mi existencia profesional idealizando a un partido y a un proyecto que devino en frustración en el cumplimiento de la oferta ideológica y que además, atenta a la esencia de la nueva CPE por el cual luchamos marchando en el altiplano hasta su aprobación definitiva el 2009.

Todos se vino abajo, salud, educación, Pachamama, honestidad, respeto antropológico al originario, a los valores de la ética política, a la diversidad, a la descentralización autonómica, a la justicia independiente, a Montesquieu. Es sumamente compleja la explicación de tanto revés. Lo patético parece estar centrado  en un  objetivo non santo, el de dar fortaleza a la producción de COCA COCAÍNA ya que la siembra de la fuente adictiva envenena a todo el universo humano originado en la hoja de coca cuyo territorio en el Chapare se dice llega al corazón del TIPNIS.

Como médico la repugno así como abomino la cultura de  la muerte y la violencia. Como ecologista rechazo la explotación y destrucción de nuestros bosques y parques naturales protegidos por ley; como bioético reniego la afrenta contra los DDHH y sobre todo, los derechos del boliviano originario así como su indigna instrumentación política partidaria.

Hoy, 6 de agosto, siento vergüenza por la imagen de país cocalero, cocainero; lesivo a los derechos de la Madre Tierra, a la Pachamama en agonía, a los del originario nacional ignaro del trasfondo cruel de su destino.

Esta mañana visité el aeropuerto internacional de Cochabamba. Todos los ambientes estaban convertidos en “LETRINAS” DE FÉTIDAS EMISIONES FECALES”. A mis pensamientos pesimistas se agregaron vergüenzas. Cochabamba, en el podio de la polución, produce cocaína y deposición que envenena el cuerpo y el alma de los bolivianos y de todo el mundo; destruye sus bosques y lesiona la estética, el ambiente, la grandeza espiritual y el sentimiento del habitante. Otros temas de contexto que agregan pesadumbre: las MEGAREPRESAS brasileras, el proyecto de  ENERGÍA NUCLEAR; los TRANSGÉNICOS, el ABORTO ampliado por pobreza (responsabilidad del Estado), la corrupción.

El nivel etario alcanzado no me permite soportar más frustraciones; sobre todo, la muerte del idealismo, la falencia de un horizonte de resplandor bioético, la imposibilidad del humanismo socialista expectante, de la ecología protectora, de la encíclica de Francisco irrealizable en nuestro medio, ajena a los sueños de Leonardo Boff, lejana al neo humanismo de SILO. Se desmorona una propuesta enaltecedora de la bondad humana. No alienta perspectiva alguna el sueño de un mundo pacífico para los hijos y nietos. Aquello del Vivir Bien y del Nuevo ser humano, parece un cruel sarcasmo.

Que Dios bendiga a la patria y que el porvenir sea con ella misericordioso.

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