Las dudas que deja Zapata
Desde el 26 de febrero de 2016, Gabriela Zapata se transformó en la principal inculpada por el sonado escándalo de presunto tráfico de influencias en la empresa china CAMC que salpicó a las más altas autoridades del Gobierno del presidente Evo Morales. Una trama de relaciones, mentiras y graves transgresiones a las normas del Estado están detrás del denominado caso Zapata, el mismo que polarizó al país entre quienes creen que Morales fue víctima de una oscura trama para afectar su imagen y quienes señalan que Zapata no es más que el chivo expiatorio que paga el pecado de haber sido pareja del presidente, luego de recibir claros favores gracias a sus vínculos sentimentales.
El Tribunal 1.° de Sentencia de La Paz dictaminó 10 años de prisión para Zapata por los delitos de legitimación de ganancias ilícitas, asociación delictuosa, falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado, contribuciones y ventajas ilegítimas y uso de bienes y servicios públicos, pena que deberá cumplir en la cárcel de mujeres de Miraflores. La defensa de la mujer anunció que apelará la decisión judicial por considerar que no se han probado los delitos de los que se le acusa.
Pero no fue la única sentenciada. La exjefa de la Unidad de Gestión Social del Ministerio de la Presidencia, Cristina Choque; Jimmy Morales, exfuncionario del Ministerio de la Presidencia; el exabogado de Zapata, Wálter Zuleta; el supuesto socio de Zapata, Ricardo Alegría, y el empresario Carlo Marvin Ramírez también fueron condenados con penas entre tres y cuatro años de prisión. Lo cierto es que, por razones políticas, la investigación del caso Zapata parece haberse quedado a medio camino sin ánimo de profundizar los vínculos más importantes de la mujer que llegó a las más altas esferas del poder público. ¿Cómo hizo esta exmilitante del MAS para llegar a la cúspide de CAMC, empresa que manejó millonarios contratos de obras públicas? Hay que recordar que la expareja de Morales recibió en sus cuentas Bs 1,9 millones y $us 482.000, producto de maniobras que aún no se han dilucidado. La causa dice que Zapata fingió cargos para ser contratada por CAMC.
Impresiona el poder que tenía una sola persona y que ningún funcionario del Ministerio de la Presidencia, incluido el ministro Juan Ramón Quintana, no se haya dado cuenta de las maniobras supuestamente ilícitas que estaba perpetrando gracias a sus relaciones.
El pueblo boliviano aún reclama transparencia y justicia en un caso que terminó de afectar la imagen presidencial. Ojalá un día se sepa toda la verdad, pues muchos altos funcionarios, no solo Zapata, parecen no haber dicho toda la verdad al país sobre esta trama.
El Tribunal 1.° de Sentencia de La Paz dictaminó 10 años de prisión para Zapata por los delitos de legitimación de ganancias ilícitas, asociación delictuosa, falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado, contribuciones y ventajas ilegítimas y uso de bienes y servicios públicos, pena que deberá cumplir en la cárcel de mujeres de Miraflores. La defensa de la mujer anunció que apelará la decisión judicial por considerar que no se han probado los delitos de los que se le acusa.
Pero no fue la única sentenciada. La exjefa de la Unidad de Gestión Social del Ministerio de la Presidencia, Cristina Choque; Jimmy Morales, exfuncionario del Ministerio de la Presidencia; el exabogado de Zapata, Wálter Zuleta; el supuesto socio de Zapata, Ricardo Alegría, y el empresario Carlo Marvin Ramírez también fueron condenados con penas entre tres y cuatro años de prisión. Lo cierto es que, por razones políticas, la investigación del caso Zapata parece haberse quedado a medio camino sin ánimo de profundizar los vínculos más importantes de la mujer que llegó a las más altas esferas del poder público. ¿Cómo hizo esta exmilitante del MAS para llegar a la cúspide de CAMC, empresa que manejó millonarios contratos de obras públicas? Hay que recordar que la expareja de Morales recibió en sus cuentas Bs 1,9 millones y $us 482.000, producto de maniobras que aún no se han dilucidado. La causa dice que Zapata fingió cargos para ser contratada por CAMC.
Impresiona el poder que tenía una sola persona y que ningún funcionario del Ministerio de la Presidencia, incluido el ministro Juan Ramón Quintana, no se haya dado cuenta de las maniobras supuestamente ilícitas que estaba perpetrando gracias a sus relaciones.
El pueblo boliviano aún reclama transparencia y justicia en un caso que terminó de afectar la imagen presidencial. Ojalá un día se sepa toda la verdad, pues muchos altos funcionarios, no solo Zapata, parecen no haber dicho toda la verdad al país sobre esta trama.
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