Vistas de página en total

miércoles, 8 de febrero de 2017

Marcelo Rivera con la autoridad que le da su larga experiencia y profunda honestidad don Marcelo Rivera nos dice una verdad amarga y lacerante. la mayor frecuencia del delito y las medidas de los vecinos contra Bolivia y sus narcotraficantes.

Un trío invencible:

cocales, coca y cocaína


A diario hay noticias sobre hallazgos de fábricas de cocaína e interceptación de esta droga en grandes cantidades. Antes era frecuente lo de los ‘tragones’ traficando por gramos, ahora la cosa es por cientos de kilos y por toneladas, produciendo el ilícito negocio operaciones multimillonarias en dólares, tal cual se afirma tras el descubrimiento de factorías y después de incautaciones y de la caída de algún ‘pez flaco’ que se durmió en sus laureles.

Por eso los países vecinos endurecen las medidas en sus fronteras con Bolivia, como sucedió antes con Chile, luego con Brasil, que redobló sus patrullajes –por tierra, aire y ríos-, y como está pasando ahora con Argentina, en cuyos límites y terminales aéreas y terrestres los controles son severos –a veces trasponen la dignidad de las personas-, frente al peligro que representa el narcotráfico que, desde suelo boliviano, se cuela en la nación del Plata amenazando a sus más de 40 millones de almas.

Independientemente del reclamo por la vía diplomática por aquel trato y de problemas que pueden surgir por la presencia de compatriotas inmigrantes, indudablemente que la cuestión fundamental es el tráfico de cocaína, y no solo eso sino de la ‘milenaria’ hoja de coca que, asimismo, es llevada subrepticiamente en grandes cantidades a la Argentina para masticarla o, lo que ya es trágico, para convertirla en el alucinógeno degradante y fatal.

Es el agudo tema que en Bolivia sigue pendiente. No se avanza en la lucha contra ese flagelo que es la cocaína  porque los ‘peces gordos’ disponen para su oficio del componente sin el cual no habría el alcaloide: la coca. Estando probado que peor es el daño que el beneficio, no tendría que haber más plantaciones de coca que las que requieren la ciencia y la industria, peor el mínimo de ley, 12.000 hectáreas, pero ahí están los cocaleros –cuyo máximo líder es el presidente de la nación-, pugnando para que sean 20.000, casi la cantidad que la ONU estima que hay sembradas sumando las plantaciones clandestinas.

Entonces veremos nomás las fronteras con más soldados, con más cercas, veremos ‘olfateo’ denigrante de viajeros, porque los cocales, la coca y la cocaína son un trío invencible bajo el masismo gobernante. 

No hay comentarios: