ALQUILANDO BALCONES
Para los que seguimos temas políticos, este fin de semana ofrecerá un apetitoso
menú con dos acontecimientos. Uno inédito y el otro cansador por reiterativo. Empecemos
por mencionar algo sobre política doméstica. Este fin de semana Evo Morales con
su Proceso de Cambio, cumple 11 años en el poder. Su mensaje al país, será con
seguridad una autoalabanza de un modelo económico de gran éxito, pretendiendo
se ignore como siempre, que la década fue bonancible gracias los precios de las
materias primas y no a él ni a su blindado ministro de finanzas. Hará una larga
exposición, comparando el "antes"
de una década del siglo pasado; una abierta admisión de que su gran espíritu
de sacrificio es lo que lo hace aceptar lo insustituible que es para el país
que él continúe al menos por cinco años, mejor diez o mejor aún
indefinidamente. Desea seguir mal
administrando un país del que no respeta sus leyes, menos aún a su gente. Se
brindará sin escrúpulos, aparentar ser el sucesor de ese malhadado experimento
de Chávez empujado por el interés de Castro, cuyos resultados pretende
invisibilizar.
Dorará la píldora del mejor modo que pueda, de las razones por las que el
gobierno echará mano de las jubilaciones para prestarles a los agropecuarios en
una movida demagógica e irresponsable. La crisis de gabinete, será todo menos
crisis. Es más apropiado hablar de
enroque, moviendo sus fichas del tablero de una posición a otra. Los Ministros
cuestionados, continuarán siendo protegidos bajo su gran manto protector y la
negación absoluta de reconocer que alguien cerca de él, pueda cometer errores.
O delitos.
En esta oportunidad, la política nacional hará de telonero para un show
bastante más pesado pues estará asumiendo el Presidente 45 de los Estados
Unidos. Se trata de un personaje
insólito que ha polarizando al país más poderoso del mudo más allá del
tradicional bipartidismo. En realidad, el cambio de gobierno en Estados Unidos,
tiene al mundo entero con jaqueca y aturdimiento, plagado de interrogantes e
incertidumbre.
Este advenimiento ya ha adelantado insólitas posiciones, como la del
Premier chino -diluído comunista- que en las últimas horas nada menos que en el
Foro Económico Mundial de Davos, se ha convertido en el paladín de la
globalización y de los acuerdos de libre comercio. El acercamiento de Trump y Putín, ya ha dejado de ser una situación de
rumores malintencionados para mostrar síntomas de abierto galanteo. El Premier
ruso ha sido en las últimas horas, el que más abiertamente ha blanqueado la
sorprendente relación.
Los demócratas del Congreso americano han decidido hacer una indignada
demostración de descalificación , negándose a estar presentes en la fastuosa
ceremonia de transición, lo que ha
provocado la insólita reacción del Presidente Electo, celebrando esas ausencias
para poder disponer de los espacios liberados. Trump es irreverente,
histriónico, ególatra, proclive a los berrinches y hasta su colorido físico es
altamente llamativo. Su inagotable
energía lo hace aparentar un ser irreflexivo, habiendo encontrado en el Tweeter
su modo de comunicación como a él le gusta, instantáneo, breve, directo e
impaciente.
Su reciente pasado como mediático televisivo y propietario del Miss
Universo, - amén de su enorme éxito como empresario- le ha proporcionado tal
seguridad en sí mismo que ha obnubilado a millones de americanos, sobre todo
del medio de los Estados Unidos, acostumbrados a pasar desapercibidos. El
agotamiento del bipartidismo tradicional, le sirvió para emerger como figura
pública verdaderamente interesado en los invisibles
Como buen populista, ha escogido como su ineludible enemigo externo a los
inmigrantes latinos, encontrando en los vecinos mexicanos, el perfecto
caballito de batalla. Sin embargo para su ofensiva electoral, ha encontrado el
modo de adivinar lo que muchos repudiaban sin saberlo y además de su populismo
claro e inocultable, adoptó la demagogia
para su discurso proteccionista. Con un nivel de aprobación de apenas un 40%,
lo más llamativo es quizás la gran interrogante que existe sobre de qué es
capaz y de qué no. Su ofensiva contra la ONU y la OTAN, deja perplejos a los
más avezados analistas políticos víctimas de una gran inseguridad ante la imposibilidad
de etiquetarlo, cosa que a él le gusta y le divierte.
Autocalificándose como persona muy inteligente - indiscutible-, tira al cesto de la basura los informes que
preparan la CIA, el FBI y otras por no considerarlos de utilidad. Y es más, ha dejado caer no sin maldad, la
posibilidad de que las filtraciones no sean más que obra de esas mismas
agencias de inteligencia. Se adivina cierta inclinación a debilitar vetustas
instituciones para reinventarlas a su modo. Este singular sujeto, más parece un
francotirador que un republicano. Su
abierta oposición a los tratados de libre comercio, cambiando la denominación
por "comercio justo" es la mayor duda que posiblemente inquieta a Wall
Street, además de los mercados y bolsas del resto del mundo. En resumen, Donald
Trump tiene la virtud de tener a todos sentados al filo de una silla. Ya habrá
tiempo luego, para descubrir hacia dónde encamina sus pasos y hacia donde
pretende arrastrar al mundo. Por ahora, lo imprevisible de su personalidad es
lo único de lo que podemos estar seguros.
Karen Arauz
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