No es que mi corresponsal eventual en Sucre hubiera perdido la razón, lo que sucede es que todo el elenco gubernamental permanece aún en la histórica ciudad donde casualmente funciona el más prestigioso instituto psiquiátrico del país, conocido popularmente como el manicomio Pacheco, circunstancia que influye en la imaginación de los chuquisaqueños, pues es bien sabido que no hay locos tontos o ausentes de imaginación.
Ese hecho redunda en la felicidad de mi reportera Macacha que –como ustedes saben– es cochabambina y, por lo tanto, imaginativa, cualidad que fue reconocida por don Miguel de Unamuno en un ensayo titulado “La imaginación en Cochabamba”.
Tal vez sea por ello que mi corresponsal temporal y accidental en Sucre nos siga informando acerca del entusiasmo y fervor político que ha despertado en el manicomio Pacheco la llegada del insigne Mandatario vitalicio que se ha propuesto no sólo nuestro retorno al mar, que nos fue arrebatado por Chile, sino también convertir a Bolivia en una potencia nuclear con la cooperación de Rusia y del señor Putin.
Dice mi corresponsal en Sucre que esta última noticia provocó el desborde mental en varios internos del manicomio y la depresión total en aquellos pacientes que imaginaban ser Catalina de Rusia y María Valevska, aunque la mayoría de los enfermos internos prorrumpió en vítores al mandatario Evo.
Según mi corresponsal, los orates del manicomio Pacheco siguen paso a paso las actividades del presidente Evo en la Capital Sucre y demostraron gran extrañeza al enterarse de que algunas autoridades locales le hubieran entregado las llaves de la ciudad, argumentando algunos que el Presidente es un mal inquilino, pues trata de apropiarse de las casas en que vive, como sucede en el Palacio de Gobierno de la ciudad de La Paz, más conocido como el “Kesti Palacio”.
Sorprendió a los internos del manicomio la entrega a Evo de las llaves de la ciudad, y más bien mocionaron que el Pacheco obsequiara al Primer Mandatario una camisa de fuerza como las que utilizan en ese establecimiento de salud para que el señor Evo Morales lo use en La Paz donde no puede permanecer quieto por algunos días. Esto debido a que se conoció en el manicomio la noticia de que ahora se le ha antojado visitar Vietnam, moción que fue aprobada por la mayoría de los reclusos de salud.
Felizmente, mi corresponsal y pariente espiritual me anuncia su próximo retorno para realizar juntos las etapas previas a la Fiesta de Jesús del Gran Poder, acontecimiento religioso y folklórico al que no podemos faltar, ella en lo que se refiere a lo folklórico y yo que asisto por convicción religiosa, aunque a veces nos ponemos de acuerdo.
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