A 5 años de la masacre del Hotel Las Américas, en la que un comando de élite policial acribilló a tres personas, los sucesos acaecidos desde entonces han ido derrumbando la versión oficial sobre lo acontecido, revelando en cambio varios detalles de lo que a todas luces parece ser un sangriento montaje gubernamental.
Desde un comienzo, existieron demasiadas contradicciones en la tesis manejada por el gobierno de Evo Morales y se intentó ocultar información relevante sobre el tema a la ciudadanía.
Un peritaje a cargo de expertos húngaros demostró que en el citado operativo no se dio intercambio de fuego, apuntando más bien a una posible ejecución extrajudicial.
Posteriormente, el testigo clave de la Fiscalía, Ignacio Villa Vargas alias “El Viejo”, denunció que su testimonio inicial fue obtenido bajo tortura y soborno (este último punto fue confirmado por un famoso video).
Lo cierto es que las numerosas irregularidades cometidas por el entonces fiscal Marcelo Soza viciaron de nulidad el proceso desde un comienzo.
Luego vinieron las críticas del Grupo de Trabajo de la ONU sobre detenciones indebidas y del Parlamento Europeo, acerca de la ilegalidad del encarcelamiento de Elod Toaso.
Pero el golpe de gracia al montaje vino con el audio donde Soza confesaba las artimañas aplicadas en el caso, lo que derivó en su posterior fuga del país y su declaración firmada sobre la manipulación de la justicia que operó en función de “órdenes superiores”.
A medida que se disipan las mentiras gubernamentales, queda como verdad incontrovertible que el único crimen real cometido fue el asesinato de Rozsa, Dwyer y Magyarosi en el Hotel Las Américas, en un operativo instruido por el propio Evo Morales…
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