“Estos últimos días hemos atendido varios casos de personas muy jóvenes, muchos de ellos estudiantes, que no sólo son consumidores de drogas sino que también se están convirtiendo en traficantes pues les venden a sus compañeros o a otros jóvenes para solventar su propio vicio”, afirmó la Coordinadora de la Fiscalía de Sustancias Controladas, Claudia Mancilla.
En un par de días de la anterior semana, policías del Gacip arrestaron a 13 adolescentes consumiendo y ofreciendo drogas a otros menores. Siete de ellos fueron sorprendidos en San pedro, cerca del Cristo de la Concordia, consumiendo marihuana y con sobres para la venta. En el grupo había un niño de 12 años y el mayor tenía 17.
Por otro lado, en la plaza Virrey Toledo de Villa Galindo los policías detectaron que dos adolescentes ofrecían sobres con marihuana a otros menores. En la zona hay tres colegios. En otro operativo, fueron capturados cuatro estudiantes de un colegio de la zona norte con sobres con marihuana. Los menores alegaron que la droga era para su propio consumo y que eso no es un delito. A estos hechos surgidos en el Cercado, se suman las denuncias de la venta de droga al raleo en unidades educativas de municipios vecinos del Valle Alto y Bajo. Los narcotraficantes han apostado por ganar mercado en la población más vulnerable: estudiantes de colegios, universidades e institutos
“No vamos a desconocer que existe gente que consume drogas en Cochabamba y no tenemos forma de enfrentar esto, no hay centros especializados en la rehabilitación de estos jóvenes y ése es un problema”, reconoció la fiscal Mancilla.
La autoridad dijo que los fiscales de Sustancias Controladas le plantearán un proyecto al Fiscal de Distrito sobre cómo enfrentar el microtráfico de drogas en establecimientos educativos.
“Vamos a reunirnos para definir qué instituciones deben estar involucradas en esta tarea, identificar cuáles son las fases de la lucha, si haremos algún tipo de prevención desde la Fiscalía para acudir con efectivos de la Felcn a trabajar con las escuelas y centros que lo requieran”, describió la fiscal. Las etapas básicas de la lucha son la prevención, la educación y la rehabilitación. Desde la óptica de Mancilla hay que fortalecer la prevención y en ello los padres de familia deben ser actores principales manteniendo una buena comunicación pero, también, estableciendo límites con amor y firmeza para sus hijos. En la fase de la rehabilitación las falencias son grandes por la ausencia de centros especializados y es necesario involucrar a todas las instituciones de la sociedad.
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