Desde Suecia con pesar
Mauricio Aira
Justamente el día del año que cobra todo su esplendor la ceremonia del Premio Nobel en el Teatro de Conciertos de Estocolmo, con la presencia de lo más granado de la intelectualidad, de la diplomacia y del gobierno del Reino de Suecia, cuando ha sido escogido posiblemente entre cientos de autores el escritor Mario Vargas Llosa como el premio Nobel de Literatura, cuando su merituada carrera en el mundo de las letras culmina con ésta apetecida distinción por la que han pasado tan sólo seis latinoamericanos en los 110 años de historia del premio Nobel, se le ocurre al Vicepresidente de Bolivia lanzar dos adjetivos para denigrar la personalidad del arequipeño tildándolo de “fracasado e ignorante”.
Ambos epítetos resultan injustificables a todas luces. Producen pesar en los latinoamericanos que no podemos negar los méritos del intelectual latino para haber merecido la mayor distinción junto a Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Gabriel García Márquez, Octavio Pez Campero, Miguel Angel Asturias de Chile, Colombia, México, Guatemala y ahora de Perú sucesivamente. Vargas Llosa honra a las letras latinoamericanas más aún si en sus obras está reflejada la problemática del Sub Continente con toda su dramática realidad. Con toda su grandeza y excelencia pero también con sus grandes falencias.
¿Qué produjo tal reacción en García Linera que se esmera en mostrarse intelectual y culto, lector de dos mil títulos como él mismo lo ha proclamado? La referencia del escritor a ciertos gobiernos en los términos que copiamos para entenderlo mejor: “de entonces a ésta época, no sin tropiezos y resbalones América Latina ha ido progresando, aunque, como decía el verso de César Vallejo, todavía Hay, hermanos, muchísimo que hacer. Padecemos menos dictaduras que antaño, sólo Cuba y su candidata a secundarla, Venezuela, y algunas seudodemocracias populistas y payasas, como la de Bolivia y Nicaragua”
¡Ay, ay, ay! No lo habría dicho porque al devenido gobernante le cayó mal. Provocó su ira y la consiguiente declaración que no vamos a reproducir por el decoro que corresponde a nuestra Nación, pero que sonó disonante en el ambiente festivo que se vive en Escandinavia como todos los 10 de diciembre que tradicionalmente desde hace más de un siglo se hace solemne entrega del premio este año acompañado de un cheque por cerca de un millón de euros a cada una de las cinco disciplinas que se distinguen cuatro en Suecia y una en Noruega la de la Paz.
Ni pensar que se trató de un exabrupto de Vargas Llosa que dicho sea de paso fue el primero de los Nobel en mencionar a Bolivia, cuando pronunció su discurso de entrada a la Academia Sueca, frases de respeto y afecto por Cochabamba y Bolivia “donde aprendí a leer con el Hermano Justino del Colegio La Salle, que fue lo más importante que me ocurrió en la vida”. Varios de los condiscípulos de los 9 años que se pasó en la llajta viven todavía y pueden dar testimonio de los afectos que conserva hacia nuestro país. Lo que sucede es que hace un seguimiento de cuanto está viviendo Bolivia en su vida interna y le duele que la democracia no esté funcionando como en Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, Republica Dominicana, México y casi todo Centroamérica donde las izquierdas y las derechas respetan la legalidad, la libertad de crítica, las elecciones y la renovación en el poder. “Ese es el buen camino y, si persevera en él, combate la insidiosa corrupción y sigue integrándose al mundo, América Latina dejará por fin de ser el continente del futuro y pasará a serlo del presente”. Aún viendo con lupa no se encuentra agravio, salvo que decir la verdad signifique ofensa e intolerancia en el ánimo del alto mandatario.
Grande es el prestigio de que goza la Fundación instituida por el inventor de la dinamita a finales de los 1900 y al fondo que generan los recursos con que donó al organismo en su testamento Albert Nobel quien dispuso que se eligiera anualmente a los más grandes exponentes de las cuatro disciplinas que son: Medicina, Química, Física y Literatura, la quinta Economía es financiada por el Banco Central de Suecia y posterior al legado. El premio a la Paz por decisión expresa de Nobel se entrega y elige bajo modalidades diferentes en Oslo. Noruega.
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