Más allá del famoso denominativo de los “sin lote” está un verdadero terrorismo desatado contra Santa Cruz, terrorismo que dicho sea de paso no tiene límites y hasta parece estar amparado por esferas políticas gubernamentales, no otra cosa significa que ni la Policía ni la Fiscalía quieran intervenir en resguardar el orden público frente al avasallamiento de la propiedad privada y de los medios de producción.
Los actos de avasallamiento de la propiedad privada por supuestas personas “sin lotes” comúnmente denominados “loteadores”, no es otra cosa que el asalto y robo de la propiedad a sus legítimos dueños, en consecuencia, es un acto de vandalismo que pone en zozobra a la población, que genera inseguridad ciudadana, que promueve la violencia, la inseguridad jurídica y el desgobierno absoluto.
Esto se agrava aún más cada día, véase que inclusive se ha llegado a atacar a los trabajadores de una empresa en plena etapa de producción de alimentos de primera necesidad para la población, se ha atacado y destruido parte de su maquinaria e incluso se ha maltratado físicamente a los trabajadores, por otro lado en la población de La Guardia hasta se ha registrado un muerto. Esto ya parece una guerra disimulada contra Santa Cruz, sus medios productivos y la propiedad privada, ¿Quizá por haber elegido a autoridades consideradas opositoras al gobierno?
Debo aclarar que ni siquiera conozco a los propietarios del Ingenio San Aurelio ni al propietario de los terrenos de La Guardia, sólo me guío por lo que muestra la prensa y mi mayor preocupación es el reflejo que se está generando hacia el extranjero, para nadie es extraño que si queremos realmente desarrollarnos y colocarnos a la altura de cualquier otro Estado, necesitamos estar bien relacionados a nivel internacional y para ello, debemos empezar por demostrar que somos un pueblo civilizado, respetuoso, organizado, unido en nuestra diversidad y que a la hora de velar por los intereses nacionales actuamos como un único ente jurídico de Derecho.
Pero con las imágenes de los avasallamientos, atracos a cada paso y la no intervención de las fuerzas del orden ni del Ministerio Público, simple y llanamente estamos haciendo todo a la inversa, estamos ahuyentando los capitales nacionales y extranjeros, estamos matando rápidamente la producción que años de años nos ha costado construirla, nos estamos hundiendo en la mazmorra politiquera de la cual queríamos salir a través de nuevos dirigentes en las políticas de Estado y con la autonomía de los pueblos; ¿Será tan difícil darse cuenta de ello?.
Lo cierto es que, para cualquier inversor, los avasallamientos a la propiedad privada sin la más mínima acción de parte del Estado para reprimirlo, es un parámetro totalmente negativo (por no decir nefasto) y en muy corto tiempo, estaremos sin trabajo para nuestra gente, sin recursos para mantener a nuestra familia y muy probablemente sumidos en una gran escasez alimentaria y de servicios. (Aparece en Hoy Bolivia que se edita en SC, Bolivia)
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