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jueves, 11 de septiembre de 2008

la siguiente versión de lo sucedido en bolivia durante las últimas horas ha dado la vuelta al mundo. pertenece a AP y está suscrita por su corresponsal en LP victor valdez.

Al menos ocho muertos dejaron el jueves los choques entre campesinos partidarios al presidente Evo Morales y opositores en una región amazónica fronteriza con Brasil y que fueron parte de la ola de violencia política que azota al país, informó el viceministro de Coordinación con Movimientos sociales, Sacha Llorenti.
En una rueda de prensa, el funcionario no precisó el número de heridos en el choque, que las emisoras locales reportaron que ascendían a 20.
El comandante de la policía de Pando en la región noreste del país, coronel Silvio Magarzo, describió a la AP que los bandos se atacaron con armas de fuego en una zona selvática.
El enfrentamiento tuvo lugar desde la madrugada del jueves a 30 kilómetros de la ciudad de Cobija, capital de Pando y a 610 kilómetros al norte de La Paz, cuando un grupo de campesinos fue interceptado por opositores en esa región liderada por el prefecto (gobernador) opositor, Leopoldo Fernández.
Uno de los fallecidos es un funcionario de la Prefectura, según versiones de ambos bandos. Entre los muertos hay también campesinos, dijo Llorenti.
"Vamos a aguantar hasta donde podamos pero la paciencia tiene un límite'', dijo el jueves el presidente Evo Morales durante un encuentro con grupos afines en La Paz.
El gobierno estadounidense expulsó al embajador boliviano en Washington, un día después de que Morales declarara ‘‘persona no grata'' al respresentante norteamericano Philip Goldberg.
Varios gobiernos latinoamericanos expresaron su apoyo a Morales. En Caracas, el mandatario venezolano Hugo Chávez dijo que "si a Evo lo derrocaran, si a Evo lo mataran, créanlo golpistas de Bolivia que me estarían dando luz verde para apoyar cualquier movimiento armado en Bolivia. No tendría yo ningún problema''.
Marco Aurelio Garcia, asesor del presidente Luiz Inacio Lula da Silva para asuntos internacionales, afirmó en conferencia de prensa que Brasil "no va a tolerar un rompimiento del orden democrático boliviano''. Dijo que Argentina, Colombia y Brasil intentan gestionar un diálogo entre el gobierno de Morales y la oposición.
En Buenos Aires, el gobierno argentino emitió un comunicado de respaldo "pleno e incondicional'' a Morales.
El gobierno de Chile expresó en un comunicado que ‘‘observa con preocupación los hechos de violencia'' en Bolivia, deploró "la pérdida de vidas'' y exhortó al diálogo entre las partes.
Los hechos de violencia en cuatro regiones comenzaron el martes con la toma de oficinas del gobierno en Santa Cruz, Beni y Pando, en el oriente, y Tarija en sur liderados por prefectos opositores que impulsan gobiernos autónomos en sus regiones y rechazan el proyecto constitucional que impulsa el mandatario.
Las protestas derivaron en la toma de dos campos petroleros por parte de grupos opositores y en la explosión de un ducto que obligó a Bolivia a reducir sus suministros de gas a Brasil.
El canciller David Choquehuanca dijo en rueda de prensa que el jueves se le comunicó a Goldberg que debe abandonar el país y que en nota enviada a la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, el gobierno boliviano informó que "desea mantener las relaciones bilaterales'' con Washington.
Las protestas obligaron a cerrar varios aeropuertos en las regiones afectadas. La aerolínea American Air Lines suspendió sus vuelos a Bolivia desde el miércoles hasta que se normalice la situación, indicaron a AP funcionarios de la empresa.
Otras 80 personas sufrieron contusiones en otro choque entre bandos rivales que se prologó hasta la medianoche del miércoles en la sureña ciudad de Tarija al sur del país, según informes policiales y de prensa.
En esa ciudad sureña, campesinos afines al mandatario resistieron la toma de su sede sindical y un centro de abasto. Los bandos se enfrentaron con palos, piedras y dinamita. Uno de los heridos perdió una mano por una explosión, informó Erbol.

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