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lunes, 17 de diciembre de 2007

Cochabamba es ni quepa duda, el baluarte de la nacionalidad. Acrisola todas las etnias y en su suelo se han asentado cholos y mestizos, potocos y sucrenses, collas y cambas, chapacos y chucutas, por ello se siente un remezón fuerte cuando la unidad está amenazada como en el caso presente, por la obstinación, la pedantería y la ignorancia del etnocentrista Morales que utiliza los recursos del Estado, no menos los mediáticos para dividir, intrigar, inventar cosas que puedan provocar temores, desconfianza y recelo entre todos los bolivianos. Sin embargo, alienta comprobar que se va calificando más y más al dirigente cocalero como "traidor", y el análisis viene de las mismas huestes masistas u originarias como lo vemos en ésta crónica:

Evo Morales "traicionó" a las etnias y dividió al país con una nueva Constitución que lo aleja de la posibilidad de hacer una transformación.
Tarija.- El presidente Evo Morales "traicionó" a las etnias y dividió al país con una nueva Constitución que lo aleja de la posibilidad de hacer una transformación, afirmaron hoy los líderes de los pueblos indígenas bolivianos Guarayo y Chiquitanos.
En entrevista con Notimex, José Uñaravi, miembro del Consejo Indígena Autonómico de la región de Santa Cruz y líder del pueblo Guarayo, culpó a Morales de la crisis estructural y del conflicto social que atraviesa la nación.
La nueva Carta Magna, que en la víspera le entregó la Asamblea Constituyente a Morales, no permitirá salir del atraso, la pobreza y la miseria a los 36 pueblos indígenas, 34 de los cuales están en la zona baja boliviana, indicó.
"Este gobierno ha dividido a los pueblos indígenas utilizando dinero para hacernos pelear, ya que le ha pagado a grupos de choque para que nos golpeen.
La democracia significa que haya derecho y no intromisión en las decisiones de las comunidades indígenas", anotó.
Explicó que los indígenas piden que los apoyen con programas de salud y educación y que se les conceda sus autonomías y que no haya intromisión del gobierno o partidos políticos en los movimientos indígenas.
Sin embargo, "él ha traicionado a los movimientos indígenas. Está utilizando a sectores sociales y nos mete en una bolsa a todos, queriendo dar solución a los problemas cuando los indígenas tenemos nuestros propios medios", dijo.
Recordó que en 2006, cuatro regiones del país (Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija) ganaron su autonomía a través de un referéndum que, inicialmente, reconoció Morales pero, después, la desconoció y ahora acusa de traidores a los prefectos (gobernadores).
"Es soberano el voto, pero al correr él desconoce esta autonomía. Ahora quiere implantar autonomía a diferentes niveles, regional, departamental y municipal y la indígena y para nosotros es muy compleja y vulnera los derechos de las regiones", dijo.
Urañavi dijo que ellos quieren su propio desarrollo pero es una cosa que no entiende Morales porque es un "indígena ladinizado" (mestizo) y a pesar de que él ha hecho bloqueos para que se les respete los derechos de la etnias ahora él rompe el equilibrio.
Señaló que los indígenas no se sienten representados en la nueva Constitución, ya que se les quiere imponer la lengua quechua y aymara, que se habla en el altiplano, cuando en realidad son 36 grupos.
A esa situación, dijo, se suma la estrategia del gobierno de utilizar contra los rivales políticos a los llamados "ponchos rojos", una fuerza indígena de choque que acostumbran a dar de latigazos a quienes se oponen a una orden.
Otro problema que preocupa a los indígenas, según el dirigente Guarayo es que el gobierno está permitiendo el ingreso de militares venezolanos en la zona del Beni y Trinidad donde los soldados de Venezuela se han mezclado con bolivianos.
"El nos tilda de sediciosos y oligarcas, pero no nos vamos a quedar con las manos cruzadas si siguen las agresiones", advirtió sin querer precisar qué medidas tomarían.
Amalio Sille, dirigente del Pueblo Chiquitano, demandó por su parte seriedad del gobierno y a los prefectos (gobernadores) para que las autonomías no terminen negociadas.
Se quejó también de la presencia de los "ponchos rojos" de la región de El Alto (en el norte del país) en Santa Cruz hasta donde llegaron recientemente para aplicar latigazos a los rivales del presidente Morales pero "no pudieron hacer la huasca (latigazos)".
"Han querido amedrentarnos con la presencia de militares, pero no nos vamos a dejar", advirtió.
"Este país está totalmente dividido, no tiene una dirección, y lo que ahora hay es la autonomía.
No le creemos al llamado de Evo a una tregua política", añadió. A su vez, el vicepresidente de la Asamblea Constituyente, Roberto Aguilar, admitió que en el país hay mucha carga racista pero consideró que con la nueva constitución se solucionará ese problema.
Negó que se contemple quitar las propiedades a las personas, sus casas o terrenos pero lo que sí se hará es mejorar la calidad de vida y en condiciones de igualdad se reconoce los derechos de los pueblos indígenas en los aspectos que les corresponde.
El dirigente recordó que Bolivia es unitaria, indivisible y dijo que el Estado está por encima de todos los componentes que hacen a las diversidades de origen cultural.

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