Hace unos días, en Nueva York, el periodista Raúl Peñaranda ha recibido el Moors Cabot, uno de los premios más importantes que en el mundo se otorgan a quienes a través de su labor cotidiana luchan contra el socavamiento de uno de los pilares sobre los que se sostiene la libertad democrática.
La importancia y el valor del premio recibido por Raúl Peñaranda se puede apreciar mejor si se considera que sus antecedentes se remontan a 1938, cuando la Universidad de Columbia, de Nueva York, decidió otorgarlo en reconocimiento a la labor de quienes desde el periodismo contribuyen a la defensa de la libertad de expresión, base de todas las demás libertades.
Durante los 77 años que han transcurrido desde entonces, el premio Moors Cabot fue otorgado a periodistas de las más diversas latitudes del mundo y esta es la tercera vez que se otorga a un boliviano. Guillermo Gutiérrez Vea Murguía, en 1966, y Huáscar Cajías, en 1990, son los otros dos compatriotas que se hicieron merecedores del reconocimiento.
De alguna manera, aunque sea muy indirecta, el premio otorgado a Raúl llega también a Los Tiempos porque este diario tiene el orgullo de tenerlo entre sus columnistas más apreciados. Cada dos semanas sus artículos se publican en estas páginas, lo que da cabal testimonio de la estrecha relación entre las batallas personales y las colectivas en el frente común de la defensa de la libertad de información, de expresión y de opinión, lo que nos estimula para reafirmar nuestro compromiso con un periodismo plural y libre de toda forma de censura.
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