Desde días atrás vemos circular por el centro a los jubilados caminando bajo el sol, marchando disciplinadamente, rogando por su segundo aguinaldo “Esfuerzo por Bolivia”.
Presenciar el espectáculo de personas de la tercera edad, que ante la exclusión del beneficio del segundo aguinaldo, van marchando en total impotencia y humillación, no es algo fácil de digerir.
Con una lógica demoledora, ellos consideran que si cobran un aguinaldo, por què no pueden tener el segundo. Y ello se justifica en el criterio humano de que requieren aplicarlo en medicinas, en el sustento de sus familiares -que no cuentan con empleo- y en una Navidad y una vida mas digna.
El panorama completo empeora si recordamos las declaraciones del Ministro de Economía, que los tildó de improductivos, para justificar la discriminación con la cual omitió a estos ciudadanos, y si comparamos las míseras rentas de la mayoría de ellos, vs. las dietas parlamentarias de quienes sì cobrarán el “Esfuerzo por Bolivia”. Curiosamente, los asambleístas sí están contemplados en la visión de productividad que maneja el Ministro Arce.
Cuando en el mes de noviembre, el presidente Evo Morales lanzó un regalo de Navidad anticipado, promulgando el Decreto Supremo N° 1802, que instaura un doble aguinaldo a trabajadores del sector público y privado, comenzando su exposición de motivos con la referencia al Artículo 316, numeral 7 de la Constitución Política del Estado, como sustento jurídico, lo menos que podría esperarse es que este doble aguinaldo, cumpla el objeto de evitar la desigualdad social y económica, cual establece dicha norma superior.
Empero, el pago del “Esfuerzo por Bolivia”, violenta el precepto constitucional enunciado en el Artículo 316, numeral 7, donde señala que es función del Estado promover políticas de distribución equitativa de la riqueza y de los recursos económicos del país, con el objeto de evitar la desigualdad, la exclusión social y económica y erradicar la pobreza, al no estar destinado a la TOTALIDAD de los ciudadanos bolivianos -como expliqué en un artículo anterior- mayor es la discriminación cuando ni siquiera va dirigido a la totalidad de quienes perciben un ingreso mensual y un aguinaldo de las arcas estatales, al omitir entregarles este beneficio a los jubilados.
Tanto el ministro de economía y el viceministro de Pensiones, intentaron justificar tan odiosa decisión, arguyendo que los recursos que se requerirían para el pago a dicho sector, ocasionaría un desbalance en la economía nacional.
Sin embargo, así como es una medida discrecional y sorpresiva, no contemplada en el Presupuesto General del Estado, también pudo haberse diseñado con algo más de creatividad y sentido humano. Para que alcancen estos recursos, se debió dictar una medida con inteligencia – justamente esa que está proscrita en el gabinete de gobierno y en la asamblea legislativa- estableciendo una escala diferenciada, según el monto de aguinaldo, de modo que alcance al universo de quienes cobran mensualmente renta y salario.
Ejemplo sencillo: quienes perciben mas de 5.000Bs (jubilados o trabajadores activos) podrían solo recibir 50% del aguinaldo doble y quienes ganan menos de ese monto, podrían recibir el 100% de doble aguinaldo. Sencillo, alcanzaría para los jubilados incluidos.
El monto destinado al doble aguinaldo es de 380 millones de dólares, cifra que no es menor si consideramos que podría utilizarse en dotar de equipamiento e insumos básicos que requieren los hospitales públicos, o las escuelas fiscales.
Aunque de hecho se estaría discriminando a quienes no tienen relación de dependencia laboral, al menos, cubriría a la totalidad de quienes viven de una renta.
Para una decisión de esa naturaleza, no se requiere cálculos diferenciales complicados, ni manejo estadístico sofisticado, sólo una matemática simple, aritmética elemental. Esa que incluso los abogados como yo, podemos realizar.
Si se pretendía evitar la exclusión social y económica, obviamente este propósito no podrá ser cumplido a cabalidad con el D.S. Nº 1802, pues además de incluir a los jubilados, podría haberse creado un fondo para apoyar a toda la población que no cuenta con fuente laboral, como otros países que contemplan en sus presupuestos el pago de un bono de cesantía. Sobre todo considerando que quienes perciben ingresos fijos, constituyen un sector privilegiado y minoritario inferior al 18%.
Para esta Navidad, yo le pediría a Papá Noel, un doble aguinaldo a los jubilados que tienen rentas inferiores a 5.000Bs, y un porcentaje menor a quienes perciben por encima de ese monto.
Pero lo más importante, le pediría a Papa Noel, que traiga de regalo una dosis de inteligencia, sentido común y sensibilidad para nuestros gobernantes y ministros.
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