El reciente viaje presidencial da nuevos motivos para dudar sobre su necesidad y para volver a preguntar: “¿quién está gobernando Bolivia?”
“Estoy contento por este viaje, el crédito es de libre disponibilidad. Por primera vez, en 180 años de vida como país, logramos recursos para integrar a los bolivianos y bolivianas”. Así, con esas palabras, el presidente Evo Morales sintetizó los resultados de su visita a Corea del Sur.
La causa de tanto contento presidencial es muy concreta. Se trata, nada más, pero tampoco nada menos, que de la obtención del financiamiento necesario para construir cuatro puentes sobre otros tantos ríos de nuestro país. Para ello, logró un crédito de 250 millones de dólares, a 40 años plazo, con cinco de gracia y un interés anual del 0,1%. “Es como tener un crédito con 0% de interés”, resaltó el Presidente al brindar su informe, temiendo tal vez que alguien no valore suficientemente el principal resultado de su periplo.
Y para despejar cualquier posible duda sobre la trascendencia de lo obtenido, Morales precisó que uno de los puentes será construido sobre el río Beni y otro sobre el río Madre de Dios, en Pando. El tercero unirá las dos riberas del río Mamoré, entre las poblaciones de San Ignacio de Moxos y Trinidad y el cuarto se ubicará sobre el río Banegas, en Santa Cruz.
Sobre la explotación del litio del Salar de Uyuni, que se suponía era el principal motivo del viaje de Morales, en cambio, parecen muy pocos los resultados obtenidos. Según el informe presidencial, en Seúl logró la firma de un “memorándum de intenciones” mediante el que Corea del Sur se compromete a cooperar a Bolivia en el desarrollo de las investigaciones en el tema del litio y… nada más.
Sin embargo, fue muy provechosa la visita que el mandatario boliviano hizo a algunas industrias productoras de baterías y artefactos electrónicos a base de litio, pues así pudo constatar “que existe interés surcoreano en cooperar en la investigación en el litio con sus especialistas, así como en realizar inversiones”. Pudo ver también un vehículo que funciona con batería de litio. "Los expertos me demostraron y casi me convencieron que los carros a litio son totalmente ecológicos” –dijo– confirmando así cuán útil fue el primer viaje transoceánico que hizo a bordo de su flamante avión presidencial.
Ante tales resultados, sólo cabe poner en duda la eficiencia del trabajo que cotidianamente realizan los colaboradores del Presidente, pues ninguna de las gestiones que hizo en Corea del Sur parece haber ameritado su intervención directa por ser, como es fácil constatar, asuntos de importancia muy secundaria, nada que merezca la dedicación personal del Presidente de un Estado. Para ese tipo de tareas se supone que están los funcionarios de segundo y tercer orden jerárquico.
Así, el más reciente viaje presidencial, como casi todos los anteriores, ha vuelto a llamar la atención sobre la manera como están siendo distribuidos los roles en el Órgano Ejecutivo actual. No sólo porque da nuevos motivos para dudar sobre la verdadera necesidad de tanto viaje presidencial, sino también porque cada uno de ellos obliga, además, a preguntar: “¿quién está gobernando Bolivia?”.
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