Humberto Vacaflor Ganam
Dice la cámara de exportadores que en este momento 12.135 camiones de alto tonelaje están sin uso en el país por la caída de la producción agrícola y de las exportaciones.
Los camioneros de Sucre, a su vez, tienen bloqueada la fábrica de cemento en protesta porque hay un monopolio del transporte del producto hasta Santa Cruz, y exigen que se los tome en cuenta.
El monopolio es de los camioneros del Chapare, que controlan ese negocio, así como dominan el suministro de ripio en Santa Cruz, Cochabamba y en las rutas hacia el Paraguay.
La ventaja que tienen los camiones de los cocaleros es que son los más modernos y más caros de todos los que operan en el país. Cuestan más de 200.000 dólares cada uno. Se dice que un solo cocalero posee una flotilla de 120 camiones.
¡Quién hubiera sospechado que los productores ilegales de coca del Chapare llegarían a incursionar en actividades económicas tan diversas como la construcción o el transporte de materiales para la construcción!
Pero, además, que sean capaces de derrotar a la competencia en cuatro departamentos del país.
Los camioneros de Santa Cruz se oponían a la llegada del ripio del Chapare porque eran una competencia inesperada y muy extraña: tenían que recorrer 300 kilómetros y vendían el ripio al mismo precio, o incluso menor, que el ripio del Piraí.
Ahora han cambiado de idea. Ya no se oponen a la llegada de los camioneros del Chapare: quieren ellos también, los cruceños, participar en el traslado del ripio chapareño a Santa Cruz.
¿Qué pasó? Han descubierto que los camiones del Chapare llevan un “valor agregado” que convierte en muy rentable la operación. Y quieren que no se los excluya.
Quizá esa sea la solución también para los camioneros de Sucre: pedir que se les haga participar del negocio verdadero. El ripio, o el cemento, en este caso, son sólo pretexto.
La economía del país está sintiendo la presencia del capital procedente del Chapare. La construcción fue primero, luego el transporte, la agricultura, el comercio de importación, manejo de universidades…
Esta es la revolución de la que no se habla, sólo se susurra. La irrupción de la “economía canalla”, dice Loretta Napoleoni, barre con la competencia, cambia las instituciones y crea sus propia élites.
Lo estamos viendo.
Fuente: Vacaflor.obolog.com
Dice la cámara de exportadores que en este momento 12.135 camiones de alto tonelaje están sin uso en el país por la caída de la producción agrícola y de las exportaciones.
Los camioneros de Sucre, a su vez, tienen bloqueada la fábrica de cemento en protesta porque hay un monopolio del transporte del producto hasta Santa Cruz, y exigen que se los tome en cuenta.
La ventaja que tienen los camiones de los cocaleros es que son los más modernos y más caros de todos los que operan en el país. Cuestan más de 200.000 dólares cada uno. Se dice que un solo cocalero posee una flotilla de 120 camiones.
Pero, además, que sean capaces de derrotar a la competencia en cuatro departamentos del país.
Ahora han cambiado de idea. Ya no se oponen a la llegada de los camioneros del Chapare: quieren ellos también, los cruceños, participar en el traslado del ripio chapareño a Santa Cruz.
¿Qué pasó? Han descubierto que los camiones del Chapare llevan un “valor agregado” que convierte en muy rentable la operación. Y quieren que no se los excluya.
Quizá esa sea la solución también para los camioneros de Sucre: pedir que se les haga participar del negocio verdadero. El ripio, o el cemento, en este caso, son sólo pretexto.
La economía del país está sintiendo la presencia del capital procedente del Chapare. La construcción fue primero, luego el transporte, la agricultura, el comercio de importación, manejo de universidades…
Esta es la revolución de la que no se habla, sólo se susurra. La irrupción de la “economía canalla”, dice Loretta Napoleoni, barre con la competencia, cambia las instituciones y crea sus propia élites.
Lo estamos viendo.
Fuente: Vacaflor.obolog.com
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