Deseo en primer término expresar mi saludo coordial y afectuoso a Jenny, Mauricio y su linda familia.
Cuando evoco a la distancia de casi 40 años a nuestras duras batallas cíficas que por más once años afrontamos entre los 70 y 80 años en tiempos de dictaduras con nuestra recordada institución la Junta de la Comunidad de Coochabamba (JUNCO), oigo todavía la voz timbrada y varonil de Mauricio Aira Flores, compañero leal, valeroso e inteligente. Impulsamos entonces una verdadera cruzada por los derechos que le asistían a Cochabamba dentro del concierto nacional. JUNCO había surgido a la vida de esta región ante el ostensible abandono, e iliquidez económico - financiera en los que se encontraba nuestra region por talta de regalías petroleras y también debido al visible favoritismo de los gobierno de turno que disponían de los recursos del Tesoro General de la Nación en forma nada equitativa y dispendiosa, todos los recursos económicos iban más al Oriente y Cochabamba se hallaba inerme sin poder siquiera emprender estudios y proyectos para despegar hacia su desarrollo.
Es entonces que a instancias de buenos coochabambinos entre ellos don José de la Reza, Joaquín Lavayen, Javier Roodríguez Rivas, Monteñor Walter Rosales, Walter Antezana Paz, René Cuadros Quiroga, Jorge Urquidi Zambrna, Carlos Cossío Montaño, René Olmedo, Eduardo Rodríguez, los Hermanos Rico, Roberto Vera, Jaime Méndez, Mauricio Aira, además de otor sonnotados ciudadanos, iniciamos aquella larga y decidida lucha en la coyuntura política antes indicada. JUNCO en gran medida sustituyó el deber de las autoridades locoales para exigir al Poder público la atención que Cochabamba requería angutiosamente y lo más importante cambió la mentalidad abúlica y no me importista del cochabambino, insuflándole nuevas esperanzas sobre la vocación y el destino de Cochabamba.
Fue en ese largo periodo de intransigente rebeldía cívica que se destacaron nítidamente muchos hombres y mujeres de este pueblo, entre ellos, uno, que nos trajo desde la cina helada del Potosí su impronta personal de periodista, cibrante comunicador cultural, locutor de radio y teleisión, redactor, investigador, animador y otros tantos atributos que en una rara simbiosis telúrica se convirtió en un llajtamasi combativo y tenaz que supo crear con sagacidad lazos de amistad perdurables con todos y convertirse en unptal de aquellas jornadas que hoy, ante la injuria del tiempo, parecen haber quedado sólo como un historial quijotezco y romántico y aunque ya nadie las recuerda, valdría la pena que quizás algún dia Mauricio Aira o también Alfonso Rojas Moncayo, otro potosino identificado de corazón con Cochabamba, puedan escribir la crónica verdadera de ese tiempo estelar de las luchas cívicas de este pueblo.
Esta etapa de la vida de Mauricio, fue a no dudarlo causa de su eilio, es que con su voz priivilegiada de barítono cantante nos hizo hablar fuerte también en el Comité Pro Mar, fundado sin duda alguna por la Junta de la Comunidad, enfrentándonos al Dictador de entonces que intransigentemente pretendió efectuar el Canje de un corredor inservible con un extenso territorio de nuestros Lípez potosinos. Y tantas otras cosas que compartimos, que sufrimos y hasta lloramos en bien de esta nuestra patria chica.
Pero hay una faceta por demás significativa en la trayectoria de Mauricio y es su autoría de 7 libros sobre temas vivenciales, conmovedores y otros de denuncia, exilio, evocación de tiempos próximos y lejanos, de su residencia extranjera, su familia, sus experiencias en Bolivia como en el exterior, todas ellas hacen un alto en las cosas amadas y soñadas por él, son obras testimoniales escritas entre la nostalgia de lo vivido y la esperanza de mejores días para la patria y la humanidad. Yo pienso en el corazón de Mauricio se alternan su vida en Potosí, Cochabamba y la del país europeo Suecia, que lo acogió generosamente con toda su familia y donde es apreciado y querido por sus cualidades humanitarias.
Mauricio como nosotros ha llegado más canoso, pero yo no creo en la edad, sino en el tiempo que justifica una vida de realizaciones cumpliendo ciclos muy personales con abnegación para ganarse el respeto merecido en todas partes. En fin Mauricio Aira Flores en el fondo no es más que un espíritu quijotezco, polifacético, por haber transitado todo un pereplo sin olvidar a quienes formamos la lista de sus amigos de siempre, abriendo ventanas y por eso ya es preferible callar para no seguir recordando su nobleza y todo lo demás que dejó a Cochabamba, él nos ha anunciado, que le será difícil volver, pero es de desear que su presencia se siga manifestando a través de sus artículos en Los Tiempos.
Ahora permítanme cumplir el encargo del Directorio de la Sociedad de Geografía, Historia y de Estudios Geopolíticos de Cochabamba para entregar a Mauricio, un recuerdo sencillo, pero significativo que sintetiza su trayectoria (En esto el Dr. Hugo Bilbao La Vieja, le hace entrega de un Pergamino de Honor, cuyo texto publicamos en otros lugar de estos homenajes.
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