Bolivia entera vibró este miércoles con la llegada de los marchistas de los llanos. Ingresaron a la ciudad a las 11 de la mañana y continuaron su marcha en medio de gritos y alabanzas de transeúntes a lo largo de su recorrido, hasta la Plaza San Francisco. Antes de descender a la ciudad, el obispo Jesús Juárez rezó una misa y los bendijo.
En San Francisco, escenario de las grandes concentraciones y ovilizaciones de la sede de gobierno, descansarán y probablemente mañana se reunirán con el presidente Evo Morales. Escuché en la TV decir que no podría recibirlos hoy porque tiene una “agenda apretada”.
Como estaba previsto por invitaciones a través de internet, en las principales ciudades hubo actos de homenaje a los marchistas que tras 65 días sellaron la unidad del país en torno a su reivindicación: un NO terminante al plan para construir una carretera que en su diseño original atraviesa el Tipnis.
En Santa Cruz, las campanas tocaron a rebato en cuando se difundió la noticia del ingreso casi pascual de los marchistas a La Paz. En la Plaza 24 de septiembre cundió primero un silencio que permitía escuchar la brisa que pasaba sobre las hojas, pero segundos después estallaron gritos de alegría y las voces se quebraron al expresar admiración por la hazaña de los nativos. En ese lugar estuvieron decenas de nativos haciendo vigilia por sus hermanos desde que comenzó la marcha, el 15 de agosto. Justa Cabrera, la cabeza más visible del movimiento en Santa Cruz, anunció que los nativos permanecerán indefinidamente en la sede de gobierno hasta conseguir que los 15 puntos que platean sean resueltos como los indigenas reclaman. La policía fue forzada a retirarse del lugar, dijeron quienes transmitían por TV lo que ocurría en el lugar. En La Paz, tampoco se notaba presencia policial. Pero, de momento, no había ninguna explicación oficial para esa ausencia.
Casi todas las ciudades vivieron panoramas similares. Era el homenaje de los bolivianos a quienes desafiaron todo, desde la represión del gobierno hasta la fuerza de la naturaleza, para cumplir su meta de llegar a La Paz y reunirse con el presidente, que persistentemente desdeñó al movimiento. Harold Olmos desde su blog propio.
diversas imágenes de lugares que atravesó el TIPNIS |
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