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domingo, 23 de mayo de 2010

excelente editorial de El Dia. pinta de cuerpo entero al régimen sin máscara


Poder puro y duro


El mes de mayo de 2010 podría pasar a la historia como aquel en el que se conoció el verdadero rostro del Gobierno del MAS y especialmente, como los días en los que se consolidó el absolutismo comandado por Evo Morales, quien ya no esconde su afán de arraigar en el mundo la imagen del exótico autócrata de un remoto estado tercermundista.
La reciente gira de Morales por Europa tal vez sea la última que consigue abrir puertas y gozar de brazos extendidos y el primer mandatario parece haberlo intuido después de comportarse como un pendenciero en Roma y Madrid, donde además de intentar darle lecciones de moral al Papa y denunciar de golpista a un partido político español, ha acusado a los europeos de saqueadores de los recursos naturales y también les dijo que la cooperación internacional no es decisiva para Bolivia. Más le interesan las remesas de los inmigrantes y la venta de gas.
El Presidente parece decidido a echar al diablo su popularidad, dentro y fuera del país. Tanto renombre no le ayudó a conseguir ni un solo centavo de inversión extranjera y para colmo, gobiernos europeos como los de Inglaterra y Francia, se muestran cada vez menos dispuestos a aguantar las aventuras de Morales, como la reciente nacionalización de las generadoras de electricidad. Internamente, cuatro años de abultados triunfos electorales no han sido suficientes para desparramar su poder en todo el territorio nacional y el 4 de abril ha surgido como una gran alerta de que el tiempo para conseguirlo “por las buenas” se le está acortando. Existen serios indicadores de que la bonanza económica que ha acompañado al Gobierno en este tiempo ingresará en un declive y una de las pruebas de ello estriba en el exiguo aumento del 5 por ciento de aumento salarial, hecho que de por sí, ha comenzado a minar la popularidad del régimen.
Al Gobierno no le queda otra salida más que el golpismo que pretende ejecutar contra los gobernadores y alcaldes de la oposición, mientras que sigue diseminando el miedo con el aparato judicial, que prácticamente ha trasladado a Santa Cruz con el fin de darle la gran estocada al corazón del poder y la institucionalidad de la región. Ha destituido a 24 vocales de los tribunales judiciales departamentales, ha metido preso al presidente de la Corte Superior de Justicia de Pando y, en el campo de la economía, ha decidido destruir a una de las empresas emblemáticas de la pujanza cruceña, después de haber sometido a gremios importantes que otrora eran ardorosos contestatarios.
Mayo ha sido el mes en el que se ha demostrado que el narcotráfico tiene penetrada a la Policía boliviana, algo que no parece preocupar de sobremanera al oficialismo, como ya no le aflige seguir buscando los aplausos ni siquiera entre los sectores que han sido sus aliados. El poder está primero y ya se encargarán los numerosos medios de comunicación oficialistas de suavizar las cosas. El Gobierno confía demasiado en su poder y otro tanto le sucede con la dimensión mediática. Ambos factores y sobre todo, la fuerza, tendrán que acentuarse paulatinamente, si el MAS pretende sostener una dictadura de 500 años como se lo ha propuesto. En Bolivia, el más largo de estos procesos duró siete.La popularidad de Evo Morales no le ha servido para dominar todo el territorio. Ha decidido mandarla al diablo y “meterle nomás”.

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